El logotipo es un elemento fundamental para crear una identidad corporativa, es fundamental y fundacional. A continuación, se expondrán ambas características respecto a la imagen de la empresa.
Lo fundamental del logotipo se refiere a lo necesario que es éste para salir al mercado; aquella empresa que no cuente con él no puede vender sus productos ni hacer publicidad. Por esta razón, cuando se pretende abrir una empresa propia debe tomarse en cuenta la elaboración de un logo corporativo pues éste la representará en el campo publicitario y la volverá insustituible comercialmente: una empresa sin logo es una empresa que no existe, ayudará a que el público reconozca a una compañía como tal.
Dado el grado de abstracción en el mundo corporativo, el logotipo es la única manera de darse un carácter de mayor materialidad a la compañía. Sin él, las personas no podrán distinguir una empresa de otra y sus ventas no serán muy satisfactorias. A la vez, el logo es absolutamente necesario para vender los productos que comercialice. Los consumidores no pensarían siquiera en comprar un producto sin logo puesto que lo consideraría extraño y poco confiable.
La identidad corporativa es el resultado del conjunto de elementos gráfico-visuales enlazados lógicamente con el fin de transmitir un mensaje unificado. Su poder radica en que dicho mensaje sea único y congruente con todos los componentes que la conforman. Esta uniformidad solo se logra compartiendo un mismo criterio; unos parámetros relativamente constantes que garanticen esta congruencia. Este criterio se sitúa desde el primer elemento de la serie: debido a que una empresa no puede lanzar sus productos al mercado sin su sello distintivo – el logo – éste debe ser, forzosamente, el primer elemento de diseño y, al mismo tiempo, será el componente de la identidad corporativa que marque el rumbo de sus elementos posteriores.
El diseño que presente el logotipo será el paradigma que se deberá respetar en los siguientes diseños. No obstante, no se podrán copiar texturas, colores, formas y/o tipografías porque serían muchos logos. El fin es continuar por el camino que el criterio con el que se ha diseñado y ciertos parámetros gráficos para, así, mantener un mensaje similar esencialmente pero con sus propias particularidades, las cuales deben ser explotadas. Se enfatiza en la homogeneidad de los elementos y uniformidad en el mensaje que no es lo mismo que la uniformidad en los elementos; los componentes deben ser variados y, sobre todo, únicos, deben tener cada uno su identidad propia porque, de lo contrario, se consigue un conjunto tosco y ordinario.
Lo fundamental del logotipo se refiere a lo necesario que es éste para salir al mercado; aquella empresa que no cuente con él no puede vender sus productos ni hacer publicidad. Por esta razón, cuando se pretende abrir una empresa propia debe tomarse en cuenta la elaboración de un logo corporativo pues éste la representará en el campo publicitario y la volverá insustituible comercialmente: una empresa sin logo es una empresa que no existe, ayudará a que el público reconozca a una compañía como tal.
Dado el grado de abstracción en el mundo corporativo, el logotipo es la única manera de darse un carácter de mayor materialidad a la compañía. Sin él, las personas no podrán distinguir una empresa de otra y sus ventas no serán muy satisfactorias. A la vez, el logo es absolutamente necesario para vender los productos que comercialice. Los consumidores no pensarían siquiera en comprar un producto sin logo puesto que lo consideraría extraño y poco confiable.
La identidad corporativa es el resultado del conjunto de elementos gráfico-visuales enlazados lógicamente con el fin de transmitir un mensaje unificado. Su poder radica en que dicho mensaje sea único y congruente con todos los componentes que la conforman. Esta uniformidad solo se logra compartiendo un mismo criterio; unos parámetros relativamente constantes que garanticen esta congruencia. Este criterio se sitúa desde el primer elemento de la serie: debido a que una empresa no puede lanzar sus productos al mercado sin su sello distintivo – el logo – éste debe ser, forzosamente, el primer elemento de diseño y, al mismo tiempo, será el componente de la identidad corporativa que marque el rumbo de sus elementos posteriores.
El diseño que presente el logotipo será el paradigma que se deberá respetar en los siguientes diseños. No obstante, no se podrán copiar texturas, colores, formas y/o tipografías porque serían muchos logos. El fin es continuar por el camino que el criterio con el que se ha diseñado y ciertos parámetros gráficos para, así, mantener un mensaje similar esencialmente pero con sus propias particularidades, las cuales deben ser explotadas. Se enfatiza en la homogeneidad de los elementos y uniformidad en el mensaje que no es lo mismo que la uniformidad en los elementos; los componentes deben ser variados y, sobre todo, únicos, deben tener cada uno su identidad propia porque, de lo contrario, se consigue un conjunto tosco y ordinario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario